sábado, 3 de mayo de 2008

España ayer y hoy

La guerra es un negocio en que suelen ganar los príncipes,
pero en que siempre pierde el pueblo.
Charles Caleb Colton. Clérigo y escritor inglés.

tttttComo bien sabréis ayer se cumplieron 200 años del dos de mayo en el que el pueblo español se alzó contra el invasor francés. Pues bien este cuadro (aunque francés originalmente) me pareció el más apropiado para expresar la libertad. Es evidente que desde aquel día hasta hoy ha llovido mucho y como es evidente hemos cambiado las personas. Pero hay un detalle que es memorable en aquella fecha, siempre se dice que en España hemos sido siempre antes Estado que Nación, pero en esa guerra actuó España unida. Y lo hizo porque luchaban contra un enemigo común y externo. Hoy, ni hay enemigo ni hay unión.


tttttNo creo que sea siempre necesaria la guerra para que un pueblo actúe como si fuesen hermanos, pero en esta España parece imposible que se repita. Hoy, cada Comunidad Autónoma, quiere más y más competencias debido al nacionalismo, pero eso sí, que el gobierno central les siga pagando. Hay algo que falla, si quierési más competencias es que os véis capaces de gobernaros en parte vosotros sólos, sin la ayuda de nadie y no queréis que nadie se interfiera en vuestros asuntos, pero la cosa hace cambia cuando se trata de pagar.


tttttOs pido que imaginéis por un momento que vuestra Comunidad a conseguido la independencia, los políticos lo celebrán y el pueblo en un principio también, porque ya se sabe las victorias son de todos pero las derrotas no son de nadie. Como sabéis, el fútbol tiene una cantidad de seguidores impensable, pues bien, ¿alguien se imagina si se venderían entradas para ver el Barça vs. Badalona, o el Atletic de Bilbao vs. Arrigorriaga (por nombrar algunos nacionalistas)? Pienso que no muchas, y el pueblo se preguntaría, ¿qué hemos conseguido al independizarnos entonces? ¿Autonomía, libertad, escapar de la opresión madrileña?


tttttUno se debe preguntar a quiénes benefician todas esas aspiraciones de los nacionalistas en conseguir la independencia. Porque eso de la Federación Ibérica como decía Pi i Margall, bien se podría decir que existe con las autonomías, aunque no lo sea exactamente. Cuando el mundo intenta dirigirse a un idioma común (esperanto), una moneda común, una patria común, aquí se intenta justo lo contrario. Parecen haber olvidado aquel lema: la unión hace la fuerza. En momentos de crisis económicas, naturales, sociales... es mejor tener detrás un país fuerte, unido... Pero esos sentimientos de grandeza quedaron arrinconados en algún momento entre 1808 y el 2008. A saber si volveremos a verlos algún día.

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